Recuperación, así como la evolución planetaria, requiere que nos derrotemos persistentemente ante esa idea que nos hicimos de cómo son y deberán ser las cosas, y cómo debieran ser las personas. Esta idea, muchas veces obsesiva y producto de la adicción, nos consume la vida en dolor.

Tenemos, además, una tendencia a no soltar y a resistirnos al cambio, provocando una involución a nivel colectivo y una sensación de impotencia, debilidad, desamor y malestar a nivel individual. Vivimos abrumados por un sentido carente de pertenencia, por el rechazo y la intolerancia a la crítica, por la impotencia ante el sufrimiento propio, y por el tedio de la vida al llevar mascaras de apariencias haciendo de nuestra vida, una vida ingobernable.

La terapia tradicional puede ser una alternativa para tratar estos patrones de abuso, adicción y codependencia, sin embargo, para algunos, es insuficiente por persistir esas sensaciones y su tormento sutil. Iniciarse al Grupo de Estudio y Recuperación de Adicciones y Codependencia de YOH es otra alternativa.

Las promesas y la filosofía de Doce Pasos conjuntamente con el método de YOH que encuentra su base en el Paso Once, son los pilares del Grupo de Estudio y Recuperación YOH que ofrecen un camino espiritual para mover a las personas de la insatisfacción y desaliento a una recuperación completa.

El Grupo de Estudio y Recuperación se concentra en una investigación profunda de las formas en cómo sentimos y la transformación de las emociones dolorosas en sus opuestos más constructivos—la inseguridad en autoestima, el miedo en valor y la vergüenza en amor propio. Apunta a la aceptación de la universalidad de estas emociones dolorosas y a técnicas que nos enseñan a vivir con ellas en formas creativas.